lunes, 17 de enero de 2011

Las Cabañuelas

La palabra "cabañuelas" al parecer proviene de la festividad judía de los Tabernáculos (santuario móvil construido por los Israelitas en el desierto, durante el éxodo de Egipto, como lugar de adoración a Dios Yaveh y en el que se resguardaban las Tablas de la Ley de Dios, la vara de Aarón y un pan de maná dentro del Arca de la Alianza). Como en esta festividad judía se realizaban ritos referentes a la predicción meteorológica, el término de cabañuelas adoptó en castellano ese significado.

Inicios La suerte de los pueblos y sus culturas siempre han dependido de múltiples factores entre otros por su importancia se destaca el climatológico, por su variabilidad en el espacio y en el tiempo, que produce cambios en el curso de la historia, para llegar a una adecuada comprensión de los pueblos es necesario conocer la de sus climas.

El clima ejerce grandes influencias en el desarrollo de la humanidad, procurándole a veces buenas oportunidades e imponiéndole, en otras, agobiantes dificultades, de esto nace la necesidad de predecir el tiempo. La observación del cielo siempre ha sido un punto de inicio para muchas predicciones, mitos y temores. En el caso de las cabañuelas, la experiencia y tradición juegan un papel fundamental.

Las referencias a estas predicciones son muy antiguas; así en la antigua Babilonia se celebraba la "Fiesta de las Suertes" o Zamuk, en el ceremonial de Akitu del Año Nuevo Babilónico, en la que se predecía el tiempo para cada uno de los doce meses del año. El primer tratado científico occidental sobre el tiempo lo escribe Aristóteles, que describe como válidos varios métodos de predicción a largo plazo.
A partir de la aparición de la meteorología científica y de la elaboración de predicciones a partir de ella, las cabañuelas han ido perdiendo popularidad. En España fueron utilizadas frecuentemente hasta la década de 1940. El Calendario Zaragozano, que se edita desde 1840, incluye esas predicciones.
Actualmente la meteorología considera que, aunque la predicción a corto plazo mediante el saber popular y la experiencia es perfectamente factible, no sucede así con la predicción a largo plazo, motivo por el cual hay quienes la considera como una pseudociencia.

No obstante los pronósticos actuales son más acertados debido a nuevas herramientas incorporadas en la elaboración de los mismos como la tecnología satelital y el uso de “supercomputadoras".
Las cabañuelas método empírico que con algún valor y explicación para el mundo científico y gran importancia para los campesinos particularmente en México, Centroamérica, Cuba, Venezuela y la República Dominicana, por ser la herencia común que les legaran los antiguos pobladores aborígenes. Es también practicada en Europa, sobre todo en la madre patria España.
Los expertos en cabañuelas se debaten cual es el mes que sirve de indicador del clima para todo el año muchos toman el mes de enero, América mientras en Europa el indicador es el mes de Agosto. Suelen recurrir a estos meses para las observaciones de fenómenos meteorológicos.

Una de las formas para hacer las cabañuelas es la observación de los primeros 24 días de enero o agosto, siendo los 12 primeros días los pronósticos de cada mes en orden ascendente.
Para predecir el fenómeno atmosférico el experto se basa en indicadores como la formas de las nubes, la dirección del viento, las características del Sol, la Luna, las estrellas, la niebla, el rocío de la mañana, el arco iris o el granizo. El comportamiento de los animales también es utilizado como pronóstico de lluvia; así tenemos la aparición de hormigas aladas, el orejeo de las mulas, que los palomos se bañen, el gato lavándose la cara, el gallo que cante de día (posible cambio de tiempo), gatos que corren y saltan (señal de viento). Aunque pareciera inviable, las personas también tenían que ver con el pronóstico, si tuviera picor o le doliera una antigua cicatriz, sería posible cambio de tiempo. Signos de lluvia podrían ser los crujidos y sonidos de muebles, el hollín que cae de la chimenea, olor de los desagües, siembra “retorcida”, humedad en las baldosas de las habitaciones, el sarmiento que “llora” estando seco, y demás.

El experto en cabañuelas, que suele ser por costumbre una “persona del campo” “campesino” (labriego o agricultor), en principio sólo recurre a la observación de los primeros 24 días de enero o agosto de cada año durante su transcurso para pronosticar qué tiempo será el que se disfrutará en los próximos doce meses, siendo los primeros doce días pronósticos de los meses en orden numérico ascendente y los segundo doce días, pronostica los meses en orden numérico descendente siendo conocidos éstos últimos días como retorno.
Centro América y México

Del día 1 al 12 de enero de cada año se cuentan los meses en orden ascendente, es decir, empezando por enero, y del día 13 al día 24 de enero de cada año se cuentan los meses en orden descendente, empezando por diciembre.

Según dominicanismos se le refiere; en nuestros campos tenemos a los cogedores (expertos) de cabañuelas, los cuales realizan el diagnóstico de la lluvia que va a caer durante el año, a fin de que los campesinos puedan planificar sus siembras. Las cabañuelas se hacen al iniciarse el año. Los días que llueva o no indicarán los meses de lluvia o de sequía respectivamente. También tienen la técnica de colocar doce granos de sal en la solera de las viviendas, organizándolos en fila india el 31 de diciembre por la noche, la humedad o no en cada uno de ellos indicará las incidencias de lluvia durante el año.

Las Cabañuelas en el Tiempo
En la página de Internet http://www.acqweather. com/, sobre meteorología, clima y desastres, Cocco Quezada reproduce un documento aparecido originalmente el 29 de enero de 1945 en el desaparecido periódico dominicano La Nación, escrito por Graciela Minaya, en donde la autora defendía la validez de las cabañuelas para los campesinos de México, Centroamérica, Cuba, Venezuela y República Dominicana, “por ser la herencia común que les legaran los antiguos pobladores aborígenes”: “Las cabañuelas la adoptaron los aztecas de los mayas y el método era muy distinto al practicado hoy, al pretenderse amoldar, un admirable trabajo de nuestros indios, al calendario de la civilización cristiana.
Respecto a estos augurios del tiempo, las cabañuelas, dice Fray Román Pané (uno de los cuatros franciscanos que acompañaron a Colón en su segundo viaje y a quién éste encomendara averiguar la religión, creencias y costumbres de los aborígenes de la Hispaniola), lo siguiente, ‘Saben estos indios, por sus consultas a sus dioses y su observación de los primeros días del año, cuáles serán buenos y cuáles serán malos, cuáles pluviosos y cuáles secos’. Negar la correlación que pueda existir entre estos pronósticos del tiempo y los fenómenos meteorológicos en los primeros días del año y que abarcan a todo un ciclo climatérico anual, es negar la relación existente entre la influencia lunar con el sexo femenino y las mareas, y la que tiene la luna nueva con los desequilibrados del cerebro y con los cortes de madera”.

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